Con voz propia. La economía feminista como apuesta teórica y política

Lo que llamamos economía feminista no es algo reciente, sino que cuenta con una larga historia que discurre casi en paralelo a la del pensamiento económico y a la del propio feminismo. Su trayectoria más reciente se inicia en los años sesenta del siglo XX, coincidiendo, y no por casualidad, con la denominada segunda ola del feminismo. La teoría feminista se sitúa entonces como pensamiento independiente e innovador. Desde ella van a desarrollarse críticas metodológicas y conceptuales a las tradiciones de numerosas disciplinas, abriendo nuevas perspectivas teóricas en casi todos los campos.

La economía feminista cobrará así cuerpo. Su objetivo: salir de los estrechos márgenes de un paradigma dominante, el neoclásico, cuyos presupuestos imposibilitan en la práctica el dar respuesta a las necesidades fundamentales de las personas.

Trabajo en general; trabajo doméstico y de cuidados; reproducción de la fuerza de trabajo; indicadores estadísticos necesarios para el análisis; presupuestos públicos; políticas fiscales… Todo puede y debe ser analizado desde la perspectiva de la economía feminista. Todo puede y debe debatirse con una voz nueva y propia que resitúa el eje de la economía donde siempre tuvo que estar: en la sostenibilidad y dignidad de la vida humana.

Cristina Carrasco Bengoa (Univ. de Barcelona), Amaia Pérez Orozco (doctora en economía y activista feminista), Mertxe Larrañaga Sarriegi y Yolanda Jubeto Ruíz (Univ. del País Vasco), Paloma de Villota Gil-Escoín (Univ. Complutense de Madrid), Lina Gálvez Munoz (Univ. Pablo Olavide) y Yayo Herrero López (activista de Ecologistas en Acción) son impulsoras y organizadoras de las Jornadas de Economía Feminista.