Ciudades en transición

El movimiento de Transición es un enfoque federativo y global, nacido en Gran Bretaña en septiembre del 2006 en la pequeña ciudad de Totnes, basado en la experiencia del profesor de permacultura Rob Hopkins en Irlanda el año anterior. Existen hoy en día más de 700 iniciativas de Transición en unos quince países, entre los cuales los Estados Unidos, Africa del Sur o Francia.

Este movimiento nació de una doble constatación interconectada. Por una parte, el pico petrolero significa dentro de poco tiempo el fin del petróleo abundante y barato y por ende, un cuestionamiento profundo de nuestras maneras de funcionar. Por otra parte, el cambio climático y la urgencia de la crisis ecológica en general representan amenazas muy presentes de las que medimos muy mal las consecuencias y que nos imponen desde ya optar por políticas verdaderamente distintas. Tomar en cuenta al mismo tiempo estos dos tipos de crisis cambia completamente la perspectiva y el tipo de soluciones que es necesario implementar de forma realista para superarlas.

El movimiento se plantea entonces la pregunta de cuál es la capacidad de resiliencia de nuestras sociedades, dicho de otra forma de si tenemos una verdadera capacidad de responder en forma creativa a dichas crisis adaptándonos a la situaciones generadas o si estamos condenadxs a desaparecer ya que no somos capaces de ello.

Las ciudades en transición corresponden por ende a un proceso implementado en un territorio (pueblo, comuna, ciudad, barrio de una ciudad, isla) por lxs ciudadanxs, a veces en colaboración con las autoridades locales

  • de toma de conciencia de las consecuencias de la crisis energética, del cambio climático y de la crisis ecológica en general ;

  • de implementación de soluciones concretas que apuntan a reducir las emisiones de CO2 y el consumo de energía fósil por

  • la relocalización de las actividades y el fortalecimiento de los vinculos sociales entre habitantes y entre actores económicos locales (incluyendo el uso de monedas locales, en ciertos casos).

Cada colectividad local está inducida a volver a pensar en su propio futuro, reflexionar acerca de las nociones de riqueza/felicidad/prosperidad, llevar una nueva mirada sobre las prácticas actuales y antiguas que van en el sentido de una mayor autosuficiencia, encontrar por sí misma las soluciones que le convienen en función de sus recursos y de sus desafíos, en colaboración con las actividades ya existentes que van en la misma dirección.

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